Interferencias intencionales
Es inevitable en la actividad de
radioafición que algunas veces se produzcan interferencias
accidentales entre estaciones. Estas normalmente se comentan con los
términos jocosos de "cabezazos", "barbas", "desparramo", etc, según el
tipo de
interferencia que sea, y se solucionan amistosamente con un cambio de
frecuencia, revisión de los ajustes del equipo, y en caso de
proceder, una disculpa. Estas interferencia son
comprensibles, hasta
cierto punto inevitables, y podemos vivir con ellas.
Otra cosa totalmente distinta son las
interferencias intencionales, especialmente cuando son prolongadas y
reitaradas. Mientras escribo esto (18 de enero de 2011), estoy
escuchando la Rueda de la
Amistad, severamente interferida por una transmisión en AM de mala
calidad (sobremodulada y con frecuencia inestable),
intermitente, emitiendo grabaciones de radioemisoras,
incluyendo a la ya desaparecida Radio Chilena de Santiago, y a Radio
Mitre de Buenos Aires.
Demás está decir que interferencias
intencionales como ésta no se pueden aceptar como algo normal o
inevitable en nuestro hobby. Más bien son actos de delincuentes
radiales, que como todo delincuente debieran ser puestos ante la
justicia, la cual deberá determinar que grado de culpabilidad existe,
si hay atenuantes como enfermedad mental, y qué sanción corresponde. No
debemos hacer justicia con nuestras propias manos, aunque la tentación
sea grande, pero debemos exiguir que el asunto sea tratado por lo que
es: Un delito, o al menos una falta gravísima.
Cabe hacer notar que la Subsecretaría de
Telecomunicaciones tiene el DEBER, encomendado por la ley, de
fiscalizar el espectro de radio, incluyendo nuestras bandas. Obviamente
nadie pide que SUBTEL persiga dracónicamente pequeños errores y
problemas, pero cuando hay una persona que sistemáticamente abusa de
equipos de radio para interferir a usuarios legales del espectro, no es
aceptable que SUBTEL se desentienda de ese asunto. Pero como están las
cosas, la fiscalización en bandas de radioaficionado está entre las
últimas prioridades de SUBTEL, y según he escuchado, requieren que
nosostros mismos identifiquemos completamente al delincuente, su
ubicación, y
preparemos toda la evidencia necesaria, para que ellos recién comiencen
a actuar.
Quiero recordar que hasta hace unos 20 años atrás las licencias de
radioaficionado eran gratuitas. Luego se comenzó a cobrar por ellas,
con el acuerdo de que el dinero cobrado iba a ser ocupado en
fiscalización, para defender a los usuarios legales de las bandas
contra los infractores. Nada de eso ocurrió. Por el contrario, el mal
uso de nuestras bandas fue aumentando, hasta llegar a una
verdadera explosión de delincuencia radial. Quiero dejar muy en claro
que me siento estafado: Debo pagar dinero cada cinco años para renovar
mi licencia, sin recibir a cambio el servicio por el cual estoy
pagando: La fiscalización adecuada de las bandas por parte
de SUBTEL, incluyendo la persecusión penal de los infractores graves.
Estoy pagando por usar el espectro, y a menudo mi uso de él
se ve impedido por delincuentes, sin que la autoridad competente
tome cartas en el asunto.
Pero bailemos al ritmo de la música que nos ponen: Identifiquemos a los
delincuentes radiales, y denunciémoslos a SUBTEL. Si son chilenos,
SUBTEL debe actuar directamente en contra de ellos, y si son
extranjeros, SUBTEL debe obtener la colaboración respectiva de su par
del país respectivo.
Como algo completamente aparte de la identificación y persecusión penal
de los delincuentes radiales, cabe preguntarse cuál es la motivación
que puede tener cada uno de ellos. Si alguien dedica una cantidad
considerable de su tiempo, y recursos técnicos significativos, a
interferir intencionalmente, algún motivo (válido o no) debe tener. Si
hay un motivo válido, sería conveniente que él mismo lo diga, ya que
mientras nadie sepa cuál es su motivo, difícilmente podemos
considerarlo.
Hace algún tiempo, cuando la Rueda de la Amistad se hacía en
7168kHz, hubo un colega que sistemáticamente se
ponía a transmitir SSTV encima de la rueda. En otros horarios no
aparecía; era sólo en el horario de la rueda. Fue inevitable que mucha
gente quedara convencida de que era netamente un caso de interferencia
intencional. Sin embargo, ese colega tenía un punto a su favor: Según
el plan de banda vigente, efectivamente 7168kHz está en el rango
preferente de SSTV. Por eso la Rueda de la Amistad dejó esa frecuencia,
instalándose en 7148kHz, que según el mismo plan de banda está en el
rango preferencial para SSB.
Podrá ser que la persona que está interfiriendo en AM ahora pretende
que la Rueda de la Amistad se corra de ahí, porque él cree que esa es
una frecuencia para AM? Si bien es cierto que a menudo hay estaciones
llamando en AM cerca de 7150, ésto está reñido con el plan de banda
vigente, que prevee el uso de AM y otras modalidades de gran ancho de
banda preferentemente en el extremo superior de la banda. Entonces si
ésa es la motivación, la persona que está interfiriendo no sólo estaría
equivocada en la forma de su protesta, sino también en el
fondo.
Hay muchos radioaficionados que creen que en nuestras bandas, y sobre
todo en 40 metros, hay demasiadas redes y ruedas, y muy pocos llamados
CQ y contactos casuales. Hasta cierto punto yo también creo eso,
específicamente en cuanto a las redes de servicio. Pienso que la
radioafición no es un proveedor de servicios de comunicaciones, sino un
hobby tecnológico, salvedad hecha de casos de emergencia grave, en que
bruscamente sí
se transforma en un medio esencial para comunicaciones de emergencia.
Debemos mantener alguna red, simplemente para mantener la práctica y
poder actuar correctamente en caso de emergencia, pero no es necesario
a mi juicio que estas prácticas sean diarias, ni menos varias veces al
día.
Para la Rueda de la Amistad no vale ésto. Esta no es una red de
servicios ni de entrenamiento, sino un encuentro diario entre amigos,
que tiene básicamente la finalidad de dar señales de vida, y saber que
los demás amigos también siguen vivos. A través de tantos años en que
ha funcionado, ha conquistado a tantos seguidores que ya ha tomado las
dimensiones de una red más que de una rueda. Creo que es algo bonito y
bueno, y que debe mantenerse, a pesar de que muchas veces cada
integrante no alcanza a decír más que un breve saludo y el tan
tradicional reporte meteorológico.
De cualquier forma, si a alguien no le gusta cierta actividad
que escucha en la banda, está en su pleno derecho de cambiarse a otra
frecuencia, o hasta a otra banda. Si piensa que la actividad es nociva
para la radioafición, tiene derecho a manifestar esto, en forma
civilizada y comprensible, por radio, por teléfono, en directo, o por
escrito, en internet, revistas, diarios, etc. Hasta podría poner una
pancarta en el jardín de su casa, aunque ella sea visto sólo por pocos
radioaficionados.Y en caso extremo, si piensa que la actividad que está
escuchando es ilegal, tiene el derecho a estampar la denuncia
respectiva. Pero no tiene derecho alguno, bajo ninguna circunstancia,
de emitir interferencia intencional a actividad alguna.
Invito a los amigos a hacerme llegar informes de recepción de estas
interferencias, con el fin de poder identificar la zona en que está el
delincuente. Habiendo suficientes informes, debería reconocerse la zona
de silencio de la emisión de interferencia, permitiendo una fácil
identificación del áerea sospechosa. Cualquier estación que posea una
antena direccional bien selectiva, con rotor, por supuesto es
especialmente valiosa. Ya un dipolo rotativo puede ser útil. Cabe hacer
notar que en muchas antenas direccionales el cero (dirección de mínima
recepción) es mucho más preciso que el lóbulo frontal, lo cual es bueno
aprovechar para hacer goniometria.. Lo que se necesita saber es:
Día y hora exacta de la observación;
Ubicación del observador (basta con la ciudad, para una primera
aproximación);
Señal promedio con que se recibe la interferencia;
Señal promedio con que se reciben las demás estaciones (esto es para
fines de calibración);
En caso de poder determinarla, la dirección de la cual se recibe la
interferencia;
Cualquier información que parezca útil agregar.
Si recibo suficientes reportajes desde lugares distintos de un mismo
evento de interferencia, podríamos acotar a una zona chica la ubicación
del delincuente. Luego habría que buscarlo con goniómetros (fáciles de
hacer) en esa área local, para lo cual es necesario contar con la
colaboración de radioaficionados que vivan cerca. Una vez ubicado el
origen exacto de la interferencia, habría que dar el paso siguiente,
probablemente una denuncia detallada a la SUBTEL o CNT, según
corresponda.
Siendo el nuestro un hobby técnico, sugiero que veamos estas
interferencias intencionales como una buena oportunidad para practicar
las técnicas de radiolocalización. Va a ser más productivo y
entretenido que hacernos mala sangre por las actuaciones de un
delincuente.
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